domingo, 5 de septiembre de 2010

EL CUMPLEAÑOS DE ERIC


Hace hoy un año que nació mi primer hijo: Eric Guillem. Es increíble, al menos para mí, que haya pasado ya un año desde aquel día que comenzó muy pronto. Como eso ya lo conté hace algún tiempo en otro post, no voy a enrrollarme y hablaré directamente de mi vástago.
Eric Guillem es un niño que hoy cumple un año, pesa alrededor de 9 kilos (cien gramos arriba, cien gramos abajo) y mide unos 74 cms. Con estas cifras se puede entender que se sitúa en la media de los niños de su edad, aunque es un poco más alto y un poco más delgado, según los percentiles.
Como buen padre diré que el niño es guapísimo. Ya he dicho que voy a ser buen padre. Pero es que realmente creo, sin amor de padre (aunque es casi imposible ser objetivo en estos asuntos), que el niño es guapísimo. Por ahí incluyo pruebas para que cada cual juzgue mis palabras. Así también podrás apreciar el cambio en un año, de su primera foto a uno de sus últimos vídeos.
Dice el refranero español que "cuando seas padre, comerás huevos" y esa frase me está persiguiendo desde hace aproximadamente un par de meses. No sólo por lo enigmático de su significado, porque ya ves que tendrá que ver la paternidad para consumir huevos, si no porque es aplicable a muchísimos ámbitos. Pero es cierto que hasta que no ocurre algo, no puedes hacer ciertas cosas. Y ser padre es un master en muchísimos aspectos. Sobre todo en paciencia, te lo aseguro. Es cierto que ser padre cambia la vida, aunque no sé si para comer huevos. Ahora el rey de la casa es Eric Guillem, él es el que ordena nuestras horas de sueño, nuestras comidas, lo que vemos en la tele (básicamente Clan y Disney Channel), incluso nuestros viajes. Que en un año ha recorrido bastantes kilómetros, incluso a montado en avión.
Hoy cumple un año. No quiero acordarme ahora de las veces que he tenido que ir corriendo a urgencias (que han sido dos o tres), de las veces que he tenido que pegar un grito para evitar un mal mayor o de otras cosas poco agradables. No sé si incluir el cambio de pañales, algo que me ha sorprendido, porque pensaba yo: "ya verás, al ver las cacas me dará asco y le limpiaré y cambiaré a una hora de distancia", pero la realidad es otra muy distinta. No me da ningún asco, desde el principio (y mira que el meconio... si no "apreciarlo" en wikipedia), no diré que daría lengüetazos, pero casi.
Hoy hace un año que cambió mi vida, y no podría estar más contento. No cambiaba este año ni por todo el oro del mundo. Y no es una frase hecha.



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