viernes, 3 de abril de 2015

INIUSTITIA


Dice el DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua) que la injusticia es la acción contraria a la justicia o la falta de justicia. Obviamente deberíamos buscar la definición de justicia para tener completa la definición.
La justicia no existe, la justicia es una convención humana. Exactamente igual que muchos otros conceptos que ya hemos asumido como naturales, aunque no lo sean tanto. El ejemplo más claro serían las lenguas, aceptamos que cada palabra tenga un significado y no otro, de lo contrario nuestra comunicación sería un auténtico caos. Y cada idioma acepta que sus palabras tengan su significado, propio, y a veces en contradicción con otros idiomas. El valor del dinero sería otra convención.
Por lo tanto, la injusticia tampoco existe. Bueno, existe en nuestra sociedad, en cada uno de sus componentes, pero no en la naturaleza, que a fin de cuentas es quien rige nuestros designios. Nuestro concepto de justicia no es el mismo que en otras sociedades. Nos hemos dotado (hemos inventado) un sistema que permite clasificar ciertos hechos y tipificarlos, y en caso de que se quebranten unas normas de conductas, tener una serie de castigos a esas acciones. De todo esto se encargan  una serie de personas, que se encargan de impartir justicia, y en ocasiones, injusticia. La pena de muerte, los latigazos o la cadena perpetua, son modos justos en algunas sociedades, y métodos abobinables en otras.
La tragedia del avión de Germanwings ha vuelto a poner en el candelero términos como justicia e injusticia. Nos parece ( yo así lo pienso) una injusticia que una persona que quiera quitarse la vida (una injusticia para su familia, seres queridos y amigos) se lleve con él a 150 inocentes cuya única conexión con el responsable era viajar en el mismo aparato. Hay personas que opinan que la familia del piloto merecería ser ajusticiada, lo que para muchos (entre los que me incluyo) sería una cruel injusticia.
Dentro de las injusticias, el fallecimiento de las personas a las que creemos que todavía les quedaba mucha vida por delante, nos parece la más terrible. Y en verdad que este es el golpe más brutal que podemos recibir. Como ya he dicho antes, la naturaleza desconoce que existe una justicia. Reparte enfermedades terribles (a nuestros ojos) a gente que no lo merece (bajo nuestro criterio). Quizá nos aferramos a la justicia (o a su falta) al no tener un hecho tangible al que podamos dirigirnos y protestar. Sea esto justo, o no.

Fuente de la imagen: http://pixabay.com/es/justicia-estatua-dublin-irlanda-626461/

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