miércoles, 12 de marzo de 2014

TARTIFLETTE



Estas navidades estuvimos en París visitando a la familia (y de vacaciones, claro está) y pudimos pasear por los Campos Elíseos, donde en su tramo final (hacia la Place de la Concorde) en ambos lados de la avenida se apuesta uno de los muchos mercadillos de Navidad que hay en la capital gala, como es tradición en Francia y otros países de Centroeuropa (como Alemania). En estos mercadillos se mezclan puestos de artesanía con otros donde se venden alimentos, incluso con atracciones de feria. En uno de los puestos de comida, ya que es muy típico comer por la calle o comprar la comida para llevársela a un lugar cercano (algún día le dedicaré una entrada al street food) vi que vendían un plato con patatas, queso, bacon, nata... Cuando volví a casa no recordaba el nombre de este plato, así que me armé de paciencia frente a Google hasta que encontré la receta: Tartiflette.

La tartiflette es una receta típica de la región de Saboya y Alta Saboya, al este de Francia, en la Región de Ródano-Alpes, limitando con Italia y Suiza. Pero no es un plato que se pierda en las nieves de los tiempos, no, la receta fue creada en los años 80 por el Sindicato Interprofesional del Reblochon (el queso que se utiliza) para aumentar las ventas, y lo consiguieron, logrando además que este plato forme parte de la tradición de la región.

La receta original tiene tres ingredientes principales: patatas, crema de leche y queso reblochon. De hecho el nombre del plato procede de un vocablo arpitano (la lengua que se habla en algunas regiones francesa, suizas e italianas junto a los Alpes), "tartifla", que significa patata.

¿Cómo se prepara? Para cuatro personas: se hierven en agua con sal un kilo de patatas (que suelen ser tres patatas grandes) con piel. Obviamente hay que lavarlas para dejarlas limpias de tierra. Tras unos veinte minutos de cocción (quizá un poco más para que no queden duras), las pelamos y las cortamos en trozos pequeños. Como estarán muy calientes tras la cocción lo mejor es dejarlas enfiar un poco, si lo hacemos en agua fría la piel se retirará más fácilmente. Colocamos los trozos de patata en un recipiente apto para horno y añadimos 100 ml. de crema de leche. Sazonamos con ajo, sal y pimienta al gusto (para esta receta suelo utilizar pimienta blanca). Sobre las patatas colocamos el queso reblochon abierto por la mitad, al que podremos retirar la corteza rascando con un cuchillo. Gratinamos en el horno durante unos 15 minutos a 180-190 ºC. ¡Y listo!   

Como sabes, en este blog siempre intento dar variantes a los platos y no quedarnos únicamente en las preparaciones canónicas. La mayoría de recetas que he visto incluyen (como antes he comentado) cebolla y bacon. Ambos ingredientes (una cebolla mediana y 300 gr. de bacon ahumado en tiras, lo que en francés se conoce como "lardons") los pocharemos en una sartén hasta que estén dorados y los mezclaremos con las patatas y la crema de leche en el recipiente de horno antes de poner el queso y gratinarlo.

¿Más variantes? Si queremos ser respetuosos con la cocina francesa, al pochar la cebolla y el bacon utilizaremos mantequilla, pero como el plato ya es contundente de por sí, yo uso aceite de oliva, así también evito chutarme Danacol directamente en vena. Para aligerar el plato, en vez de crema de leche, utilizo leche evaporada (tipo "Ideal"), pero también se puede usar nata, incluso preparados de grasas vegetales que sustituyen la nata (para veganos y antivacaburrismos).

Por último, queda el ingrediente estrella, el queso. La receta original utiliza reblochon. Este queso es originario de Saboya y Alta Saboya y está protegido por una Denominación de Origen Controlada y se produce con leche de vaca de tres razas. Su nombre procede de la costumbre que tenían en la zona originaria de producción de este queso de ordeñar dos veces las vacas (el primer ordeño para el dueño de los animales y el segundo para el agricultor) y así pagar menos tasas. Es un queso de pasta cremosa, como el camembert, pero con una corteza amarillo-anaranjada y un sabor más intenso y afrutado (lo definen como sabor a avellana). No es dificil de encontrar, yo lo compro en el Carrefour más cercano, y se puede encontrar en dos formatos: piezas de 600 o 240 gramos. Como variante al reblochon os propongo utilizar camembert. En primer lugar porque es más económico (1,20 € frente los casi 4 € del formato más pequeño). Con el camembert, al ser de pasta cremosa, conseguiremos una textura parecida, pero con un sabor menos pronunciado, por si no os gusta el queso muy fuerte.   

Sea con el reblochon (lo recomiendo) o con el camembert es un plato contundente, no olvidemos que procede de una zona junto a la alta montaña, los Alpes. Disfrutalo en compañía y sabrá aún mejor.

PD: Para finalizar quiero recomendar la visita del blog Phileas Fork (http://phileasfork.wordpress.com/), que hace un tiempo puso en marcha el amigo Joseca Orpi, y que combina la cocina y los viajes.

PD2: La foto es mía, de una tartiflette con reblochon

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