jueves, 30 de septiembre de 2010

HACERSE LOS SUECOS

Hace unos días he terminado la lectura del último tomo de la trilogía Millenium y me he puesto a cavilar acerca de los suecos. La verdad es que lo primero que he pensado es que desde Suecia se sabe vender un producto de manera impecable. Así, a bote pronto, me han venido a la cabeza varias empresas: Volvo, Saab, Ericsson y, como no, Ikea. Reglón seguido me he puesto a investigar en el internete, y he visto otras empresas mundialmente conocidas que también tienen su origen en Suecia: H & M, Electrolux, Absolut Vodka (se me había olvidado, ¿por qué será?), Scania, Securitas...
Suecia, políticamente, desde hace varias décadas es sinónimo de políticas sociales y de una calidad de vida que la sitúa en uno de los primeros países del mundo. Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por Naciones Unidas, se encuentra en el séptimo lugar del mundo. Para muchos sólo les falla el clima, en las antípodas de la bondad del clima mediterráneo.
Para mucha gente el máximo exponente de la socialdemocracia en Europa fue Olof Palme. Nacido en Estocolmo en 1.927, fue Primer Ministro en Suecia y Lider del Partido Socialdemócrata sueco. En 1.986, en el ejercicio de su cargo como Primer Ministro, por segunda vez, fue asesinado a la salida de un cine, en un crimen que no ha sido esclarecido. Todo indica que no se hará justicia, ya que el próximo año prescribirá al cumplirse 25 años del hecho.
Olof Palme, por su defensa a ultranza de sus ideales se convirtió inmediatamente en un ejemplo para los progresistas de todo el mundo. Sin ir más lejos, en Joves Socialistes del País Valencià hemos recuperado el nombre tradicional de nuestra escuela de formación: Olof Palme.
Por otra parte un químico e ingeniero sueco se convirtió hace más de un siglo en el filántropo más conocido del mundo: Alfred Nobel. El inventor de la dinamita, y otros explosivos, tenía cargo de conciencia por los males que habían provocado sus inventos (él los inventó, aunque no todos, pensando en los mineros, pero hubo quien pensó que serían útiles para acabar con otras personas). Así que donó la fortuna que amasó para crear unos premios que distinguieran a quien había logrado avances importantes para la Humanidad.
Volviendo a mi planteamiento inicial. Los suecos tienen un talento fenomenal para venderse. No sólo han sido sus empresas, también su cultura ha sido embajadora de Suecia durante mucho tiempo. Allá por el año 1.974 un grupo formado por dos parejas se proclamó ganador del Festival de la Canción de Eurovisión. Abba explotaba como fenómeno mundial. Fueron, sin duda, los músicos que más discos vendieron de los años 70, y se ha llegado a decir que tuvieron cierta influencia en el PIB sueco. Otro gran grupo sueco fueron Roxette (uno de mis grupos favoritos). Durante finales de los ochenta y, principalemnte, en los noventa, arrasaron en las listas de ventas de todo el mundo, vendiendo más de 50.000.000 de copias (legales, claro).
Y actualmente el fenómeno Millenium. Stieg Larsson ha conseguido varias cosas: 1.- revitalizar la novela negra, que siempre ha sido un género vivo, pero lo ha puesto de moda y ha introducido nuevas variantes. 2.- poner de moda a los escritores suecos en toda Europa. 3.- tratar y denunciar temas que nos son desgraciadamente cotidianos y execrables a más no poder.
Una de las bazas con la que juega las tres novelas de Larsson es la meticulosidad para describir escenarios. Tanto es así que hay rutas turísticas en Estocolmo para recorrer los lugares donde discurre la acción. Gran parte de la trama la salpicó con empresas suecas, de ahí que todo nos sea más familiar y, de paso, venda un poco producto patrio.
Suecia vuelve a estar de moda. Es algo cíclico. Hace unas semanas su política también fue portada de diarios por las elecciones que ganó la derecha. Veremos si no tuercen su rumbo y siguen siendo el modelo en el que muchos países se fijan: mayor inversión en I+D+i, mayor inversión en educación y formación, mayor gasto social. Las claves para un estado del bienestar sólido, estable y duradero.

1 comentarios:

Laura Ruiz dijo...

Este año casi me pillo un viajecito a Estocolmo, pero al final nada >.<
Tendré que esperar hasta que a Jorge le den un Nobel para visitar el país jajaja

Lo cierto es que este debate ya lo he tenido yo con tu amigo bastantes veces. Suecia RULES.Y las novelas de Larsson también.

P.D. Sólo les falta un escritor a lo Ken Follet para tenerlo todo xD
(A todo esto, tengo que pillarme el último libro, que acaba de salir a la venta) =D =D =D

 
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