martes, 10 de agosto de 2010

PAÍS DE CATETOS


Esta semana he asistido en diversos medios de comunicación a una lamentable exhibición de garrulismo extremo con la visita de la primera dama de los E.E.U.U. a nuestro país. En algunos momentos la imagen se volvía al blanco y negro y sonaba de fondo el "americanos, os recibimos con alegría".
Hoy día no hay planes Marshall, no tenemos que alinearnos con los yanquis porque huimos de los comunistas como demonio de la cruz, no hay que sacar cabeza en el espacio internacional. Somos un país moderno, democrático, que ha sabido labrarse su propio espacio a base de iconos culturales, económicos y sociales, fruto del trabajo y del esfuerzo. No, en el extranjero no conocen a Belén Esteban, o eso espero, pero nos reconocen por Zara, Rafa Nadal o Penélope Cruz, por ejemplo.
Pero eso sí, cada vez que un estadounidense medianamente destacado pisa España a muchos medios de comunicación se les hace el culito Pepsicola. No hemos pasado del catetismo de la posguerra, cuando nos deslumbraban las estrellas de Hollywood que venían a rodar las superproducciones generalmente de la mano de Samuel Bronston. Me parece ridículo que miles de personas atesten las calles porque la esposa de un presidente de gobierno pasee por calles por las que ellos transitan a diario.
No tengo nada en contra de los norteamericanos, ellos han sabido vender su producto mejor que nadie (habitualmente el producto es uno mismo), son los especialistas mundiales en marketing. En este país muerden el anzuelo y comulgan con ruedas de molino. Para prueba esa espantosa presentación de la última película protagonizada por Tom Cruise y Cameron Díaz, que incluyó derrapes de moto y coche a pies de la mismísima Giralda sevillana.
Tampoco quiero ser muy derrotista, me satisface que visiten España. Creo que es muy positivo que a Marbella (a la Costa del Sol en general) se la conozca por un resort de lujo y no porque campe la corrupción como agua por acequia. Que en yanquilandia se conozca una ciudad con una riqueza cultural (y gastronómica) tan grande como la que atesora Granada es una oportunidad que no se puede dejar escapar. Pero todo en su justa medida.
Ni Michelle Obama es una rockstar, ni España es un país de menesterosos esperando la limosna del vecino rico. Cada cual en su sitio.
La verdad es que por momentos permanecía impasible a la pantalla viendo el desfile de la señora Obama y su inabarcable séquito, la explicación es bastante sencilla (like Ockham dixit): estamos en verano, me tumbaba en el sofá y dejaba el Canal 24 Horas por no cambiarlo. Como ya había terminado el Tour de France... Me ha costado una semana escribir esta reflexión. Así nos va.

2 comentarios:

Nicolás dijo...

Santiaguillo, que la Nicole y el Tom ya hace tiempo que acabaron, como consecuencia de la asquerosa cienciología esa, la misma del Travolta y el Will Smith, entre otros, y me acabo de enterar que la hija mayor ha abandonado la casa familiar por esa religión de pacotilla. El caso es que no era la Nicole sino la Cameron Diaz en una peli que tergiversaba el título norteamericano (el "Night and day" como la canción que cantaba el Sinatra entre otros, pero el título orginal es otro muy distinto en su traducción Knight and day).
Es verdad, desde el gazpacho un mes de descanso.
Falta añadir que todos los sitios a los que iba la sra. Obama e hija los cerraban, sólo para ellos, imagínate la Alhambra, la catedral,... sólo para ti, ¡qué poderío, es que ni el Papa en Valencia!.
La próxima vez hablaremos del gobierno y de otras cosas, compañero.
Hasta entonces, bon estiu, sort i salut.
Nicolás
Bon estiu, sort i salut.

Santiago Vañó Candeal dijo...

Un lapsus, es cierto es Cameron Diaz (no creo que Nicole y Tom se puedan ver).
Y lo del título más cierto todavía: la traducción sería "Caballero y día", el juego de palabras no funciona en castellano...

 
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