12:43
Santiago Vañó Candeal
Hace 61 años Luchino Visconti filmó una magnífica película titulada La terra trema, cuya traducción castellana es La tierra tiembla. Habla de las duras condiciones de los pescadores (de hecho la película se tuvo que subtitular en italiano por el fuerte e indescifrable acento de la zona) y de cómo a pesar de rebelarse ante las abusivas condiciones impuestas por los compradores al final deben achantarse y aceptarlas. El neorrealismo nos brindó un documento magnífco y una película dura e imprescindible.
Han pasado muchos años e Italia ha vivido esta semana uno de los momentos más duros de su historia reciente. La tierra ha temblado, literalmente, y se ha llevado en su sacudida la vida de, al menos, 289 personas. Miles de hogares, donde residían cerca de 18.000 personas, han sucumbido. Toda Europa está consternada. La naturaleza es dura cuando se impone, lo hemos comprobado demasiadas veces e Italia es un ejemplo claro: los volcanes Vesubio (tragándose Pompeya, Herculano, Stabia, Nola...) o Etna, los terremotos de Asís, inundaciones frecuentes...
La Semana Santa que en Italia, el gran bastión del catolicismo, se vive intensamente ha sido olvidada ante semejante tragedia. Ya he comentado alguna vez que este país me apasiona, mis condolencias están con ellos.
Espero que cuando el dolor comience a ser una punzada intensa y no la terrible losa que es hoy, los italianos sepan hacer temblar la tierra ante las declaraciones de su Primer Ministro, el impresentable Silvio Berlusconi. Nadie en su sano juicio se atrevería a hacer bromas acerca de la situación de los habitantes de la región de Abruzzo. Ningún político coherente tendría a bien mofarse de una tragedia. No conozco a ninguna persona capaz de encontrar otra expresión para su rostro que la circunspección ante semejantes acontecimientos. Pero Berlusconi es distinto, es único, es un sinvergüenza.
En uno de los campamentos que se han levantado para acoger a aquellos que se han quedado sin un techo bajo el que dormir, o que por prudencia han tenido que abandonar su hogar por las peligrosas, frecuentes e intensas réplicas, Silvio Berlusconi se atrevió a espetar la siguiente sentencia: "No les falta de nada. Tienen cuidados médicos, comida caliente... Por supuesto, su lugar de abrigo actual es provisional, pero hay que tomarlo como un fin de semana en una acampada". La frase de Berlusconi entra de cabeza en el Museo de los Horrores por méritos propios.
Pero la televisión italiana está manipulada por el magnate-primer ministro, es un especialista, y en su visita sólo vimos sonrisas de la gente. Qué poco me lo creo.
Por desgracia los italianos tienen lo que quieren. Berlusconi ganó las elecciones por mayoría absoluta, la gente lo vota porque no encuentra nadie mejor, es el menos malo, por duro que suene. La izquierda italiana está empeñada en despedazarse continuamente sin atender a su función de oposición y servicio a la ciudadanía. Cuando parecía que había un lider, el ex-alcalde Walter Veltroni, éste dimite tras perder las elecciones legislativas. La nave sigue sin patrón que la gobierne.
Los comentarios de Berlusconi empiezan a cansar por su corte siempre ofensivo y grosero, ya sea con las mujeres, con Obama o con sus propios conciudadanos. Para bien de este país donde los jóvenes emigran por hastío y falta de oportunidades (sí, hablo de Italia, no del Tercer Mundo), las cosas deberían cambiar, tomar otro rumbo. En esta reforma están implicados tod@s. Ojalá l@s italian@s hagan temblar pronto la tierra para que sus políticos cambien, no sólo con buenas acciones (han donado parte de sus sueldos para ayudar a los damnificados por el terremoto) si no también con un cambio de mentalidad. Por mucho menos otros han cogido (o han tenido que coger) la puerta y marcharse.
Han pasado muchos años e Italia ha vivido esta semana uno de los momentos más duros de su historia reciente. La tierra ha temblado, literalmente, y se ha llevado en su sacudida la vida de, al menos, 289 personas. Miles de hogares, donde residían cerca de 18.000 personas, han sucumbido. Toda Europa está consternada. La naturaleza es dura cuando se impone, lo hemos comprobado demasiadas veces e Italia es un ejemplo claro: los volcanes Vesubio (tragándose Pompeya, Herculano, Stabia, Nola...) o Etna, los terremotos de Asís, inundaciones frecuentes...
La Semana Santa que en Italia, el gran bastión del catolicismo, se vive intensamente ha sido olvidada ante semejante tragedia. Ya he comentado alguna vez que este país me apasiona, mis condolencias están con ellos.
Espero que cuando el dolor comience a ser una punzada intensa y no la terrible losa que es hoy, los italianos sepan hacer temblar la tierra ante las declaraciones de su Primer Ministro, el impresentable Silvio Berlusconi. Nadie en su sano juicio se atrevería a hacer bromas acerca de la situación de los habitantes de la región de Abruzzo. Ningún político coherente tendría a bien mofarse de una tragedia. No conozco a ninguna persona capaz de encontrar otra expresión para su rostro que la circunspección ante semejantes acontecimientos. Pero Berlusconi es distinto, es único, es un sinvergüenza.
En uno de los campamentos que se han levantado para acoger a aquellos que se han quedado sin un techo bajo el que dormir, o que por prudencia han tenido que abandonar su hogar por las peligrosas, frecuentes e intensas réplicas, Silvio Berlusconi se atrevió a espetar la siguiente sentencia: "No les falta de nada. Tienen cuidados médicos, comida caliente... Por supuesto, su lugar de abrigo actual es provisional, pero hay que tomarlo como un fin de semana en una acampada". La frase de Berlusconi entra de cabeza en el Museo de los Horrores por méritos propios.
Pero la televisión italiana está manipulada por el magnate-primer ministro, es un especialista, y en su visita sólo vimos sonrisas de la gente. Qué poco me lo creo.
Por desgracia los italianos tienen lo que quieren. Berlusconi ganó las elecciones por mayoría absoluta, la gente lo vota porque no encuentra nadie mejor, es el menos malo, por duro que suene. La izquierda italiana está empeñada en despedazarse continuamente sin atender a su función de oposición y servicio a la ciudadanía. Cuando parecía que había un lider, el ex-alcalde Walter Veltroni, éste dimite tras perder las elecciones legislativas. La nave sigue sin patrón que la gobierne.
Los comentarios de Berlusconi empiezan a cansar por su corte siempre ofensivo y grosero, ya sea con las mujeres, con Obama o con sus propios conciudadanos. Para bien de este país donde los jóvenes emigran por hastío y falta de oportunidades (sí, hablo de Italia, no del Tercer Mundo), las cosas deberían cambiar, tomar otro rumbo. En esta reforma están implicados tod@s. Ojalá l@s italian@s hagan temblar pronto la tierra para que sus políticos cambien, no sólo con buenas acciones (han donado parte de sus sueldos para ayudar a los damnificados por el terremoto) si no también con un cambio de mentalidad. Por mucho menos otros han cogido (o han tenido que coger) la puerta y marcharse.
La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió.
Francisco de Quevedo y Villegas(1580-1645) Escritor español.
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2 comentarios:
Yo también me quedé asombrada al escuchar esas declaraciones. Pero como dice mamá: Ellos tienen lo que quieren.
Esperemos que no hayan más víctimas mortales y que la normalidad vuelva lo antes posible a las vidas de nuestros vecinos europeos.
P.D. Me encanta tu lista de música, que buena idea. Me quedo sobre todo con la de Loquillo (considero que la Mataré es la mejor canción que ha cantado nunca) ;)
Muy, muy, muy buen gusto, Santilillo! ^^
Como decía Fito con los Platero: Hay mucho Rock and Roll.
La lista la actualizaré cada cierto tiempo, que para algo me dedicaba a eso.
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