martes, 7 de abril de 2009

DERROCHE

L@s valencian@s (l@s habitantes de la Comunidad Valenciana) tenemos que sufrir un gobierno autonómico que nunca mira a sus ciudadan@s, si no que prefiere fijarse en el Gobierno Central y sacar leyes que poco tienen que ver con la realidad y sí bastante con unos esquemas mentales tan obtusos como arcaicos.
La última prueba la tenemos en las nuevas medidas que impulsa el molt honorable president Camps y que apoyan sus lacayos consellers (la gran mayoría del Opus Dei): una ley para evitar el aborto. Darán subvenciones de 600 euros a las mujeres que no aborten, concederán ayudas para conseguir pisos (supongo que a las madres) y dejarán que las futuras madres tengan acceso a los medicamentos de forma gratuita hasta los 18 meses. Esta norma se centra, sobre todo, en mujeres en riesgo de exclusión o con discapacidad. Yo reclamo mi parte del pastel, mi mujer no ha abortado y pertenecemos al sector que no tiene un duro, queremos nuestro dinero, pero ya. Y ya que pido, queremos medicamentos y lo que sea gratis.
Evidentemente esto es una boutade de un gobierno enfrascado en fangos corruptos, sin capacidad de reaccionar ante la crisis más que para apoyar los sectores que se han demostrado ruinosos: construcción y parque temáticos. Su única capacidad innata es la de dilapidar el erario público, despilfarrar el dinero de los impuestos de l@s ciudadan@s, no sólo el de l@s valencian@s, si no el de tod@s l@s españoles, ya que parte de los presupuestos proceden de las partidas que aporta el Gobierno Central.
A este plan lo denominan "+vida". Vuelve la derecha más a la derecha y la iglesia más reaccionaria a pervertir el significado de la palabra vida para adaptarla a su panegírico hipócrita. Hace un tiempo prometieron 4.000 euros para los nuevos nacimientos, a la sombra de la propuesta socialista de pagar 2.500 euros por el mismo motivo. Una de las dos ayudas nunca vió la luz, ¿adivinas cuál? Mientras, la ley de dependencia sigue estancada, al igual que la renta básica de emancipación.
La semana pasada también vivimos un momento bochornoso, cuando el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat Valenciana firmaron el pago de 9 millones de euros a la organización de la 33ª America's Cup para unas cuantas regatas en julio, que perdieron su razón de ser al día siguiente cuando un tribunal neoyorquino falló a favor del equipo Oracle. Serán regatas amistosas, caras, pero amistosas, sin gran interés para la afición. Elena Salgado se negó a participar en semejante majadería, y después preguntan porqué la nombran ministra de Economía.
Son los dos últimos ejemplos de una lista interminable que suma y sigue desgraciadamente para unas arcas depauperadas. Esperemos que este huracán malgastador pierda fuerza y que aires frescos los sustituyan dentro de dos años.



Perder el dinero es a menudo un delito; adquirirlo por malas artes es aún peor, y malgastarlo es lo peor de todo.
John Ruskin(1819-1900) Crítico y escritor británico

1 comentarios:

Laura Ruiz dijo...

Esperemos, esperemos...

 
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