No sé si está motivado por la genética masculina o por la genética familiar, pero parece ser que poco a poco estoy perdiendo mi masa capilar (la de la cabellera, me refiero). Hablo de la genética masculina porque todos los seres humanos que compartimos el cromosoma Y perderemos pelo a lo largo de nuestra vida. Fíjate en todos los hombres que haya a tu alrededor, si tienen más de veinte años tendrán entradas, que en algunos casos serán abonos de temporada.
En realidad es sólo la coronilla, en mi caso (bueno, y las entradas), pero es ese ojo en el remolino el que lentamente está aumentando su diametro. Mi mujer dice que me quiere tal y como soy, y que aunque esté calvo como una bola de billar me querrá igual. El caso es que me ha comprado un champú y una loción anti-caída. Pues menos mal.
El caso es que eso lo puedo disimular si me peino la melena hacia atrás (sí, la foto del perfil no se ajusta a mi aspecto actual). No, no soy como Anasagasti, jamás haría eso, lo de la cortinilla me parece anticuado y excesivamente llamativo, aunque haga algo parecido. Desde hace ya unos años intento peinarme hacia adelante el flequillo para minimizar el impacto de verme ante el espejo junto a mis dos entradas. La coronilla despejada es un poco más complicado que eso y se disimula peor, aunque dejarme el pelo largo ayuda bastante. En parte es porque remite a una estética roquera muy de mi gusto, por otra es pura coquetería. Como Antonio Machado, no soy ni un Bradomín ni un seductor Mañara.
Lo que es imposible disimular es que me estoy quedando cegato, este otoño iré al oftalmólogo a ver (nunca mejor dicho) si me ponen gafas. Hace año y medio ya me dijeron que tenía una cierta pérdida de la agudeza visual, pero que preferían no encasquetarme gafas porque si no iría a peor. Para diagnosticar una pérdida de agudeza visual ya me las bastaba yo solo. Me dí cuenta al circular por una autopista italiana y ser incapaz de distinguir qué decían los carteles. Menos mal que mi mujer iba a mi lado y tiene mejor vista que yo (y más pelo).
Y es que ya empiezo a tener una edad. Eso se nota en que lees que el inventor de los maravillosos "clicks" de Playmovil y, a los pocos días, el creador de la magnífica serie "Érase una vez...", murieron y te entra una pena enorme, dándote cuenta de que una parte de tu vida se ha escapado y es imposible volver a ella, y en segundos recuerdas todos los clicks que tuviste y todas las tardes comiendo bocatas de mortadela o foie-gras al ritmo de "érase una vez, un planeta triste y oscuro...".
Yo soy melancólico a mi estilo. Cualquier tiempo pasado no fue mejor, fue distinto. Hay cosas que aprovecho y disfruto hoy en día y que hace diez hubiera sido imposible. También me he ido desprendiendo de ciertos lastres que se llevan con la edad y los he cambiado por otros que ahora me sugieren interesantes.
Lo peor, sin duda, de hacerse adulto es tener que soportar cada vez más responsabilidades. Cuando veo un bebé, durmiendo en su carrito, me entra una envidia (más o menos sana). Sólo tiene que preocuparse por comer, dormir y hacer sus necesidades. Del resto ya se encarga el resto de personas que le rodean, fundamentalmente sus padres. En esa tesitura me encuentro, mi mujer está embarazada, y si todo va como debería de ir, el próximo 2 de septiembre (+/- 15 días) seremos papás.
Ahora sí que noto una responsabilidad seria sobre mis hombros: criar un bebé. Me plantea numerosas dudas, muchos interrogantes, el principal es mi capacidad para hacerlo y, sobre todo, mi capacidad para hacerlo bien. Estoy convencido de que seremos buenos padres, porque tenemos claro qué queremos enseñar y transmitir. No lo llevo mal, mi mujer un poco peor, por lo de los dolores, algunas nauseas y porque tuvo una amenaza de aborto que ya ha quedado superada.
Así que dentro de unos meses seré padre, calvo y gafotas, pero estoy seguro de que todo será para bien (quien no se consuela es porque no quiere).
En realidad es sólo la coronilla, en mi caso (bueno, y las entradas), pero es ese ojo en el remolino el que lentamente está aumentando su diametro. Mi mujer dice que me quiere tal y como soy, y que aunque esté calvo como una bola de billar me querrá igual. El caso es que me ha comprado un champú y una loción anti-caída. Pues menos mal.
El caso es que eso lo puedo disimular si me peino la melena hacia atrás (sí, la foto del perfil no se ajusta a mi aspecto actual). No, no soy como Anasagasti, jamás haría eso, lo de la cortinilla me parece anticuado y excesivamente llamativo, aunque haga algo parecido. Desde hace ya unos años intento peinarme hacia adelante el flequillo para minimizar el impacto de verme ante el espejo junto a mis dos entradas. La coronilla despejada es un poco más complicado que eso y se disimula peor, aunque dejarme el pelo largo ayuda bastante. En parte es porque remite a una estética roquera muy de mi gusto, por otra es pura coquetería. Como Antonio Machado, no soy ni un Bradomín ni un seductor Mañara.
Lo que es imposible disimular es que me estoy quedando cegato, este otoño iré al oftalmólogo a ver (nunca mejor dicho) si me ponen gafas. Hace año y medio ya me dijeron que tenía una cierta pérdida de la agudeza visual, pero que preferían no encasquetarme gafas porque si no iría a peor. Para diagnosticar una pérdida de agudeza visual ya me las bastaba yo solo. Me dí cuenta al circular por una autopista italiana y ser incapaz de distinguir qué decían los carteles. Menos mal que mi mujer iba a mi lado y tiene mejor vista que yo (y más pelo).
Y es que ya empiezo a tener una edad. Eso se nota en que lees que el inventor de los maravillosos "clicks" de Playmovil y, a los pocos días, el creador de la magnífica serie "Érase una vez...", murieron y te entra una pena enorme, dándote cuenta de que una parte de tu vida se ha escapado y es imposible volver a ella, y en segundos recuerdas todos los clicks que tuviste y todas las tardes comiendo bocatas de mortadela o foie-gras al ritmo de "érase una vez, un planeta triste y oscuro...".
Yo soy melancólico a mi estilo. Cualquier tiempo pasado no fue mejor, fue distinto. Hay cosas que aprovecho y disfruto hoy en día y que hace diez hubiera sido imposible. También me he ido desprendiendo de ciertos lastres que se llevan con la edad y los he cambiado por otros que ahora me sugieren interesantes.
Lo peor, sin duda, de hacerse adulto es tener que soportar cada vez más responsabilidades. Cuando veo un bebé, durmiendo en su carrito, me entra una envidia (más o menos sana). Sólo tiene que preocuparse por comer, dormir y hacer sus necesidades. Del resto ya se encarga el resto de personas que le rodean, fundamentalmente sus padres. En esa tesitura me encuentro, mi mujer está embarazada, y si todo va como debería de ir, el próximo 2 de septiembre (+/- 15 días) seremos papás.
Ahora sí que noto una responsabilidad seria sobre mis hombros: criar un bebé. Me plantea numerosas dudas, muchos interrogantes, el principal es mi capacidad para hacerlo y, sobre todo, mi capacidad para hacerlo bien. Estoy convencido de que seremos buenos padres, porque tenemos claro qué queremos enseñar y transmitir. No lo llevo mal, mi mujer un poco peor, por lo de los dolores, algunas nauseas y porque tuvo una amenaza de aborto que ya ha quedado superada.
Así que dentro de unos meses seré padre, calvo y gafotas, pero estoy seguro de que todo será para bien (quien no se consuela es porque no quiere).
La edad adulta es cuando te has encontrado con tanta gente que cada nueva persona te recuerda a otra.
Ogden Nash(1902-1971) Poeta y humorista estadounidense
2 comentarios:
Pues, chico, no está mal, a tus 27 años, otros tuvimos que esperar hasta la treintena para para llegar a ser papá. Lo del pelo, pues ya sabes que sólo es una cuestión de tópico estético, al fin y al cabo el pelo sólo sirve para tener más calor en el pelo durante el invierno, pero durante el estío es una delicia. Un amigo mío (el que se supone será el alcalde de Altavall, el Isidro, ya lo conocerás, es una especie de Santiago Segura de los rodajes, como dicen el del Toro y el Trueba) se compró en Valencia una colección de sombreros que le dan un aire de muy interesante increíble; las gafas, pues también tienen su estética, aunque espero que no caigas en ese gafapastismo que ha puesto de moda la Coixet, y las lleves con tronío, aunque hay lentillas para cambiar de color de ojos que son sorprendentes. Como ves todo tiene solución (menos la muerte, eso decía mi abuela Inés). Sobre las responsabilidades, eso sí que es duro duro, seguro que ya has asumido que eres tú el que baja la basura, el que mira cómo va el coche, el que apaga las luces de la casa, y el que las enciende, el que gana el concurso sobe el que menos duerme. En fin, eso que es la vida en común... Y ya sabes que somos animales de costumbres. Sort i salut, y a por ellos que son pocos y cobardes (según decía Loquillo).
jejeje Me alegro muchísimo Santi (no por lo de que te quedes calvo, sino por lo del bebé) xD Me lo había dicho hace tiempo Jorge, pero creo que todavía no te había felicitado :)
No tengo ni la menor duda de que vais a ser muy buenos papis =)
Y bueno, ya sabeis a quien podeis llamar si alguna noche necesitais una niñera... =P jajajaja (sí, sí, a mi xDDDD)
P.D. No te preocupes por las entradas, hay hombrees muyyyy sexis medio calvos (Pep Guardiola, por ejemplo xD)
P.D.2. "Estoy felizmente casado y no hay hijos a la vista" ???
Ya va siendo hora de cambiar el perfil xD =)
P.D.3. Felicidades de nuevo :D
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