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Santiago Vañó Candeal
Y punto. No hay nada que rechistar, ni ningún pero posible, si queremos salvar a España de la crisis en la que estamos sumidos hay que consumir productos que hayan sido manufacturados, o criados en esta noble tierra, en este país de enraizadas tradiciones.
A mí el consejo del ministro Sebastián de que debemos consumir productos españoles me la trae un poco floja. La crisis es como es y sabemos que la tasa de desempleo está subiendo en nuestro país de manera alarmante. Pero de ahí a pedir que consumamos productos españoles, se acerca más a la España franquista que a un país miembro de la Unión Europea en pleno siglo XXI.
La idea de que lo español es mejor es francamente discutible. No conozco a nadie que se vanaglorie de que su reloj sea español (que los hay, pero con nombres que evocan otros países), ni nadie que a la hora de comprarse un electrodoméstico piense en un producto español como primera opción. Habitualmente pensamos en Alemania como paradigma de eficiencia y durabilidad.
En pocos meses hemos pasado de un capitalismo especulativo a una economía de mercado proteccionista, falta que vuelvan los aranceles y que sitúen de nuevo las barreras en las fronteras. Sabemos que algunos estados ya han nacionalizado bancos. Seamos serios y no nos volvamos locos con la crisis. Es hora de reinventar nuestra economía, pero mirando hacia el futuro y no hacia un pasado en blanco y negro.
Pero esta afirmación del ministro Miguel Sebastián me abrió un interrogante (acrecentado por un comentario de los "imparciales" informativos de Antena 3). ¿Qué entemos por un producto español?
Si se entiende que un producto español es aquel que su origen es 100% hispano, entonces poco vamos a poder comprar. Materias primas, centros de producción, acciones de la empresa... en un mundo globalizado dificilmente encontraremos un producto que pertenezca a un único lugar. Quizás lo más fácil en esta misión sea encontrar alimentos, siempre que no estén procesados, porque entonces perdemos la pista de su verdadera procedencia. Huevos, leche, pan, embutidos, agua mineral, etc. son productos que es fácil demostrar que son españoles. Pero no sólo de comer vive el ser humano.
Si queremos vestirnos acudiremos a nuestros queridos centros comerciales. Zara y Mango, por ejemplo, serán muy españoles, pero pocas prendas se cosen en nuestro país. Las abnegadas mujeres gallegas han sido sustituídas por abnegadas mujeres marroquíes, coreanas, chinas, taiwanesas... Y no creo que la tela la confeccionen en España.
El transporte es necesario. Si decidimos comprar un coche ninguna marca es española, ya que Seat pertenece desde la década de los 90 al grupo Volkswagen, pero (y aquí es donde patinó Antena 3) sí hay coches que se fabrican en España. Ford tiene planta en Almussafes (Valencia), aquí se produce el Fiesta y el Focus, y algunos modelos de Mazda; en Zaragoza Opel tiene otra planta de producción, se produce el Corsa y el Meriva; y Renault en Valladolid y Palencia fabrican el Megane y el Clío; y Citröen en Vigo fabrica el C4 (mi coche, por cierto) y antes el Xsara Picasso; y Seat fabrica casi todos sus modelos en Barcelona... me olvido de muchas plantas, como las de Volkswagen y Mercedes en Vitoria, Nissan... Alguien en Tengo una pregunta para usted ya le aconsejó al presidente Zapatero que cambiaran los Audi A6 por Seat Toledo.
La deslocalización está llevando a que Roca abra plantas de producción en China. Y así decenas de empresas que creemos muy españolas, pero que evidentemente tienen que ser competitivas y necesitan mejorar sus costes de producción.
Entonces, que es más español ¿un Ford Fiesta o un jersey de Zara? La respuesta es dificil, depende de lo que quieras entender como español.
Al final que cada cual decida que le interesa más. Supongo que el precio es lo primero que se mira y el pasaporte de lo último en que nos fijamos. Eso sí, sigo con el consejo del ministro Sebastián que ruega que se vaya a esquiar a Sierra Nevada antes que a los Alpes; si vas a la playa ve a Benidorm y no al Caribe, más cerca, más barato, y sobre todo, más ESPAÑOL.
Lo que más me inquieta es que en España todos se preguntan: ¿qué va a pasar? Casi nadie se pregunta: ¿qué vamos a hacer?
Julián Marías (1914-2005) Filósofo español.
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