viernes, 3 de octubre de 2008

EL FINDE QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE

Te preguntarás, blogger de mis entrañas, porqué he tardado tanto en escribir un nuevo artículo en este rinconcito del World Wide Web. El pasado fin de semana ha sido uno de los más intensos de mi vida. Por el XI Congreso del PSPV-PSOE, pensarás, pero no, lejos de eso no me encontraba ni cerca del palacio de congresos de Valencia, este fin de semana se casó mi cuñado.
Motivo de felicidad y regocijo, pensarás, pues en parte sí y en otra no. Por no entrar mucho en detalle, no sé si querrá mi cuñado que entre mucho en materia, pero me tocó llevarle a la ceremonia, hacer las fotos y el vídeo. La verdad es que era demasiada responsabilidad, pero parece que al final todo quedó del agrado de la pareja. Eso sí, llevo una semana en la que mi nivel de sangre en cafeína es más bien bajo.
El jueves pasado fue la despedida de soltero. Celebrarla en la víspera era imposible, ya que se casaba el sábado por la mañana y no era cuestión de llegar "perjudicado". El viernes fue el día de los últimos preparativos, así que hasta última hora hubo que ayudar a ultimar detalles. Por fin el sábado fue el gran día.
La ceremonia religiosa empezó a las 11 de la mañana, a la 1 del mediodía la civil en el Ayuntamiento de Alicante y a las 2 y media empezó el banquete. Al final entre barra libre, piscolabis posterior (con barra libre también) y visita a la discoteca cercana, la fiesta terminó, al menos para mí, a eso de la una y media de la madrugada. Cayeron unos cuantos cubatas de ron con limón. ¿Cuántos? No sé, perdí la cuenta pronto.
Claro que no era ajeno a lo que ocurría en Valencia e intentaba que me informarán de todo, así que el sábado tenía un ojo puesto en las noticias. Más o menos a la hora que se dió el resultado, y a modo premonitorio, ya que aún desconocía que había deparado la votación, tunee la etiqueta de la botella del vino, que quedó de esta guisa:

La verdad, cuando supe el resultado me entró miedo de la clarividencia que había tenido y pensé que ojalá tuviera poderes para utilizarlos en menesteres menos sofisticados, principalmente juegos de azar con botes millonarios.
Creerás que el domingo, como recomendó el Señor, se utilizaría para descansar, pero sólo fue así en parte, ya que había que desalojar el piso en el que vivía mi suegra, que se ha mudado a Valencia, cerca de su hija. Lunes, martes y miércoles cargando y descargando muebles, cajas llenas de ropa y objetos varios, enseres de todo tipo; conduciendo una furgoneta de carga autovía va, autovía viene... En fín que el jueves por la mañana, había acabado todo. Tenía que levantarme para trabajar, eso sí que fue misión imposible.
La verdad es que llevar muebles a un piso a las cuatro de la madrugada es una experiencia irrepetible (espero) aunque por fortuna ningún vecino se despertó, ya que para mi desgracia hubiera tenido que desistir e irme a dormir. Maldito sueño profundo...
Una semana agotadora en todos los sentidos, aunque muy enriquecedora (figuradamente hablando, of course, porque no he visto un euro) ya que me permitió reflexionar acerca de varios temas que plasmaré en próximos posts.
Quizá lo más extraño del fin de semana fue que el actor(azo) Miguel Ángel Solá me preguntó en la plaza del Ayuntamiento alicantina como encontrar un establecimiento mientras guardaba una traca sin usar en el maletero de mi coche. Le ofrecí la información a cambio de una firma en un contrato en blanco (hay que aprovechar las ocasiones) pero desistí al ver la cara que puso. Seguirá pensando que soy gilipollas, seguro.






A quien Dios no le dio hijos, el diablo le dio sobrinos.
Refrán popular español

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