RÉQUIEM

Los que vivimos en países europeos no nos sentimos europeos, me refiero a que no nos sentimos copartícipes de la Unión Europea, algo que no creemos que nos pertenezca ni que pertenezcamos, a pesar del Euro y de las becas Erasmus.
A principio de junio estábamos sacudidos por varias noticias, que parecían más propias de la sección de obituarios que de política.
Réquiem por el 0'7%. Hace unas semanas la asamblea de la Unión Europea decidía dejar de solicitar el 0'7% del PIB de sus miembros para la cooperación en países necesitados. Una reivindicación que comenzaron las organizaciones no gubernamentales y que la sociedad comprendió como suya y que se extendió a ámbitos como el universitario o el empresarial (contadas ocasiones, eso sí).
Réquiem por la jornada de 40 horas. Hemos pasado de reivindicar una jornada de 35 horas a temer que nos implanten una jornada de 60 o 65 horas semanales. La conciliación familiar aniquilada, la vida privada prohibida.
Réquiem por los derechos de los inmigrantes. Ahora sobran, son los esclavos del siglo XXI, si hacen falta los aceptamos, si no podemos darles trabajo que se vayan con viento fresco. La sociedad del consumismo, del fast-food, trata igual a las personas que a los productos industriales: usar y tirar.
¿Y todavía se preguntan por que los países votan en contra del tratado constitucional? Creo que vivimos en una de las épocas más negras de la historia de la Unión Europea. Les falta política y les sobra ambición económica. Pero de ambición no viven los ciudadanos.




Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja.
Marco Aurelio (121-180) Emperador romano.

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