lunes, 18 de febrero de 2008

ANIMALES CONDICIONADOS

El otro día, mejor dicho, la otra noche estaba viendo el programa de Andreu Buenafuente en La Sexta. Ya lo pillé empezado y justo en ese momento empezaba la sección que tiene el sobrino de Andreu, Berto. Hablando del vestuario de los guionistas del programa, soltó la siguiente perla, una frase a la altura de las réplicas de Groucho Marx: "yo me visto para no ir desnudo". En un principio no le di mucha importancia, es más simplemente me reí, bastante, ya que yo soy un poco así, a veces me visto porque hay que hacerlo. Pero pensando en la frase, que recordaba riéndome una y otra vez, empecé a pensar en el significado más profundo de la frase. Si nos vestimos es porque la sociedad nos condiciona a hacerlo, a parte de que en estas fechas también lo hacemos por sobrevivir al frío que hace.
La ropa es un buen ejemplo de cómo condicionan a los ciudadanos. En primer lugar, nos vestimos incluso en verano, aunque así pasemos más calor y nuestro cuerpo no lo necesite, más que por una razón de impudicia. Yo en verano, por mi casa, mi condición natural me pide ir en calzoncillos.
Otro ejemplo del condicionamiento que nos inflije la ropa, viene dada por la moda o las modas, como prefieras decirlo. En numerosas ocasiones nos vestimos como marca la moda y no como en realidad queremos, y si alguien se atreve, las críticas resuenan a sus espaldas. Aunque seas de esas personas que no nos influye demasiado lo que digan los diseñadores, tan alejados de la realidad sobre su divismo, siempre hemos caído en la trampa de comprar una prenda del color de moda, aunque tengas un par de prendas iguales en el armario. Y la moda es pasajera, haz este experimento: coge un álbum de fotos de hace unos quince años (si es más, mejor) y fíjate en la ropa que llevabas e intenta no pensar "¡vaya pinta que tenía!. Es imposible, y seguirá ocurriendo por mucho que pasen los años.
La semana pasada, en el programa "La Ventana" de la Cadena Ser, y dentro del espacio "Pesar por pensar", reflexionaban acerca del hecho de porqué votamos. No se preguntaban porqué votamos a quien votamos, si no porqué la sociedad tiene el impulso mayoritario de acudir cierto día a depositar un voto en una urna. Vivimos en una sociedad que nos condiciona.
La publicidad nos sugestiona y compramos porque ese producto, a ojos de la sociedad, nos hará mejores. Compramos por los ojos y el oído. Yo lo he hecho.
Comemos ciertos productos por puro condicionamiento, si en Nochebuena no comemos ________ (cada cual que rellene con lo que cena esa noche) parece que no hay Nochebuena. Y no comemos por condicionamientos sociales. Si las cucarachas son primas hermanas de las gambas y en otros países las consumen, ¿por qué no nosotros? ¿Por qué comemos pan en las comidas si otros pueblos ni lo conocen?
Leemos los diarios que leemos, oímos las emisoras que oímos, vemos los informativos que vemos, condicionados por nuestra manera de opinar, y si dicen lo contrario son unos indeseable.
Todo lo que hacemos está sujeto a condicionamientos, y si enumero una lista completa, sería tan extensa que no cabría en este blog creo que la semana pasada utilicé la misma frase).
Aunque ahora que lo pienso, ¿querría decir Rajoy que los inmigrantes deben de acogerse a los condicionamientos de nuestra sociedad, cuando pidió que cumplieran nuestras costumbres?


En esta vida la primera obligación es ser totalmente artificial. La segunda todavía nadie la ha encontrado.
Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.

0 comentarios:

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | 100 Web Hosting