jueves, 12 de abril de 2012

EL FACTOR HUMANO


Desde hace unos meses (ya años) se habla muchísimo de economía, fundamentalmente de macroeconomía. Nos hemos vuelto unos expertos en déficit, prima de riesgo, default, y aplicamos estos términos en la tertulia del café con la misma soltura que criticamos la última alineación de Del Bosque, ya que debería haber abierto mucho más el juego por las bandas.
Yo que soy un advenedizo en estos temas (como en casi todo), siempre que oigo o leo las noticias económicas o, mejor dicho, las noticias que hablan de temas económicos, echo en falta una pieza bastante importante que casi siempre se obvia: las personas.
Ya sea desde el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, el Parlamento Europeo, el Bundestag, o la oficina de cualquier iluminado, no hacen más que reclamar a las economías occidentales que se reduzca el déficit público. Esto se soluciona únicamente de dos maneras: recortando gasto o aumentando ingresos. Así de fácil. Tanto que la fórmula habitualmente utilizada es la primera.
Los economistas sólo ven números, ignorando que todas las cifras se sostienen, como gran parte de las cosas de este mundo, gracias a las personas. Son las personas las que inventaron el dinero (las primeras monedas conocidas son del s. VII a.n.e.), las que inventaron los números y su grafía (hay instrumentos grabados de hace 37.000 años), los conceptos matématicos (hay textos matemáticos con casi 4.000 años de antigüedad) y el pensamiento económico (con un germen en la Grecia Clásica y su eclosión en época tardomedieval), por poner algún ejemplo.
Son las personas las que pagan los impuestos, con el salario que perciben por su trabajo. Ese trabajo que realizan para atender a otras personas, producir materias primas, manufacturar productos que otras personas venderán y comparán...Y ese flujo de dinero es el que mueve las políticas que realizan las Administraciones Públicas. Como has podido observar, las personas son la pieza que hace mover todo el engranaje. Son las personas las que soportan una merma de los servicios básicos que les deben de proporcionar los estados. Si todo nos lo debemos de pagar, el sistema se colapsa, en ese momento los balances, los excel, las previsiones saltan por el aire, no valen nada.
Les falta el factor humano a las cuentas que se realizan desde los organismos que he mencionado anteriormente. Se habla de los mercados como un ente abstracto, que en mi imaginario vislumbro como el humo negro de Perdidos. ¿Qué mierda (con perdón) son los mercados? Oí a un experto que dijo que todos los ahorradores son los mercados, pero digo yo que entre la persona que quiere que sus 6.000€ le renten y el fondo de inversión que tiene que multiplicar su capital en el menor tiempo posible, hay diferencias, aunque sean por el volumen. Es una definición tan imprecisa que se escapa.
El problema es cuando una cifra no tiene un reflejo en la realidad. Sucede con los grandes números, sucede con los especuladores. ¿Qué pasaría si las máquinas se dedicaran a especular en bolsa? Puede que todo fuera un poquito mejor. Al menos la máquina es fría y sólo se dedicaría a ejecutar los comandos que se programaran. Estaría desposeída de la mala baba, la indecencia, la hipocresía y la mezquindad de aquellos a los que llaman mercados y que están subyugando a países enteros con el único propósito de sacar un rendimiento económico. La máquina ni piensa ni siente, sería más honesta, no tengo dudas.
Para colmo el FMI alerta de que el sistema de pensiones se volvería insostenible si los beneficiarios "vivieran más años de lo que se espera". No sé si los responsables del FMI han parado un segundo a pensar en su comunicado. No sé si hablan en serio cuando les piden a unas personas (que han trabajado duro durante mucho tiempo) que no vivan más de los estrictamente necesario porque descuadran las cuentas. Pues bien, antes de decir sandeces, que parece más salida de la Camorra que de un organismo financiero, deberían de exigir responsabilidades a los gobernantes. Ellos deben de dirigir políticas dirigidas a equilibrar esos balances, no se tienen que dedicar a exterminar pensionistas.
"El más rico del cementerio", una expresión popular que me gustaría explicarles a toda esta gente que especula, que se comporta como el buitre de la imagen, al acecho del más débil, recordándole que en el momento más inesperado se abalanzará aprovechando la carne, hasta la carroña más pútrida. Así veo a los grandes economistas, desprovistos del factor humano.

0 comentarios:

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | 100 Web Hosting