Un tsunami ha arrasado España, me refiero al tsunami del PP en las elecciones municipales y autonómicas celebradas el pasado domingo. Como los resultados son públicos y no quiero mortificarme viéndolos una vez tras otra (entiéndeme, soy humano, tengo mi corazoncito) voy a hacer un análisis sucinto de algunos temas.
La victoria del PP es inapelable. Yo no voy a decir que el electorado se equivoca, como me he criado en la hostelería conozco el axioma que dice que "el cliente siempre tiene la razón, y si no, se le da", y considero que si una inmensa mayoría de personas se pone de acuerdo, por algo será.
Esto nos lleva a reflexionar acerca de cómo trasladamos el mensaje desde el Partido Socialista a los votantes. O cómo nos ven los votantes. ¿Tanto nos hemos alejado de nuestros potenciales votantes? ¿Es sólo cuestión de la crisis y de la coyuntura económica en todo el estado?
Hacer un análisis tan en caliente (sí, el cadáver está fresco y bien fresco) es peligroso, porque se pueden extraer conclusiones equivocadas. Hay que hacer, entonces, dos análisis: uno en caliente con las primeras conclusiones, y un segundo en frío, tras meditar muchas cosas. Entonces adoptar las decisiones estructurales, decidir el rumbo, y si se está seguro ir hacia allí, asumiendo todas las consecuencias. Lo que no podemos es empezar a dar bandazos dependiendo lo que nos vayan diciendo.
El PP, al menos en Benidorm y en la Comunitat Valenciana (los dos terrenos que a mi me interesan) han retrocedido en votos. Probablemente se haya abierto una grieta por la que sea posible colarse, ensanchar la herida y entrar a matar (todo políticamente hablando, of course). Una de mis primeras conclusiones es que el resultado ha estado dominado por condicionantes externos, han sido unas elecciones raras, irrepetibles, seguro que dentro de un año, y dentro de cuatro, el resultado varía.
¿Qué hacemos ahora? Lo primero dejar de llorar. Ya hemos tenido unos días de duelo. Está claro que un resultado como este noquea, pero los demás siguen en la brecha. Lo importante es levantarse, no darse por vencido, coger carrerilla y embestir con más fuerza. Quien para pierde el tren.
Sacar fuerzas de flaqueza es imprescindible. Saber cual es nuestro objetivo se antoja más necesario que nunca. ¿Queremos ser una comparsa? ¿Queremos ser protagonistas? Somos un partido referente de gran parte de la sociedad, si les defraudamos nunca nos lo perdonarán.
Compañeros, compañeras, ánimo, como dijo Escarlata "mañana, será otro día". Cuesta rehacerse, pero cuanto antes empecemos mejor preparados estaremos.
Ciudadanos, ciudadanas, seguid confiando en nosotros, comprendemos el mensaje que nos habéis lanzado, redoblamos esfuerzos desde este momento.
De momento algo de música para animar, que no se diga:
La victoria del PP es inapelable. Yo no voy a decir que el electorado se equivoca, como me he criado en la hostelería conozco el axioma que dice que "el cliente siempre tiene la razón, y si no, se le da", y considero que si una inmensa mayoría de personas se pone de acuerdo, por algo será.
Esto nos lleva a reflexionar acerca de cómo trasladamos el mensaje desde el Partido Socialista a los votantes. O cómo nos ven los votantes. ¿Tanto nos hemos alejado de nuestros potenciales votantes? ¿Es sólo cuestión de la crisis y de la coyuntura económica en todo el estado?
Hacer un análisis tan en caliente (sí, el cadáver está fresco y bien fresco) es peligroso, porque se pueden extraer conclusiones equivocadas. Hay que hacer, entonces, dos análisis: uno en caliente con las primeras conclusiones, y un segundo en frío, tras meditar muchas cosas. Entonces adoptar las decisiones estructurales, decidir el rumbo, y si se está seguro ir hacia allí, asumiendo todas las consecuencias. Lo que no podemos es empezar a dar bandazos dependiendo lo que nos vayan diciendo.
El PP, al menos en Benidorm y en la Comunitat Valenciana (los dos terrenos que a mi me interesan) han retrocedido en votos. Probablemente se haya abierto una grieta por la que sea posible colarse, ensanchar la herida y entrar a matar (todo políticamente hablando, of course). Una de mis primeras conclusiones es que el resultado ha estado dominado por condicionantes externos, han sido unas elecciones raras, irrepetibles, seguro que dentro de un año, y dentro de cuatro, el resultado varía.
¿Qué hacemos ahora? Lo primero dejar de llorar. Ya hemos tenido unos días de duelo. Está claro que un resultado como este noquea, pero los demás siguen en la brecha. Lo importante es levantarse, no darse por vencido, coger carrerilla y embestir con más fuerza. Quien para pierde el tren.
Sacar fuerzas de flaqueza es imprescindible. Saber cual es nuestro objetivo se antoja más necesario que nunca. ¿Queremos ser una comparsa? ¿Queremos ser protagonistas? Somos un partido referente de gran parte de la sociedad, si les defraudamos nunca nos lo perdonarán.
Compañeros, compañeras, ánimo, como dijo Escarlata "mañana, será otro día". Cuesta rehacerse, pero cuanto antes empecemos mejor preparados estaremos.
Ciudadanos, ciudadanas, seguid confiando en nosotros, comprendemos el mensaje que nos habéis lanzado, redoblamos esfuerzos desde este momento.
De momento algo de música para animar, que no se diga:
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