martes, 17 de noviembre de 2009

FREUD SE PONDRÍA LAS BOTAS

Estamos ante un caso de psiquiatría clinica que seguro que será estudiado en las escuelas del gremio dentro de no mucho tiempo, me refiero al Molt Honorable President Francisco Camps (es el protocolo de su cargo, no que yo lo crea) y sus últimos desvaríos.

Hay quien dice que está sometido a mucha presión. Nadie dijo que encabezar un gobierno fuera un camino de rosas, aunque sus amiguitos del alma y su cohorte de aduladores celestiales así se lo hicieran creer. Parece que poco a poco está poniendo los pies en el suelo y que el aterrizaje es más brusco de lo esperado. Hasta a mí, en mi cargo (que ya ves tú lo que es) me llueven improperios cada cierto tiempo. Pero la templanza que hay que tener para aguantarlos le falta al que cada vez es menos líder en la Comunidad Valenciana y en el PP.
Gran cantidad de compañeros y compañeras de su partido le dan más que por amortizado, y muchas son las voces que piden un relevo, no solo en el sillón de Premiere de la Generalitat, si no también en el despacho de presidencia de la calle Quart (sede del PPCV). Se oyen nombres de posibles sustitutos, entre ellos Esteban González Pons, que sería del agrado de Mariano Rajoy (otro gran líder).
La presión ya está haciendo mella en Francisco Camps. En una semana hemos asistido a varios momentos que sobrepasan lo bochornoso y que nos enseñan la verdadera cara de este personaje al que siempre me he imaginado en un poblado del oeste, tomando medidas a los cow-boys que se medirán en duelo para comprobar que caben en el ataud que tiene reservado.

Ejemplo 1: La célebre y triste frase de la camioneta y la cuneta.
(montaje realizador por un servidor sobre una ilustración de Lara Bozzolo)

Ejemplo 2: Subirse a un Ferrari y pensar que eres más guay que el resto del planeta (y encima rescatando a los pobres [es un decir] Fernando Alonso, Felipe Massa y Luca Cordero di Montezemolo)


Ejemplo 3: Enfrentarse en plena calle a un jóven que le llamó "ladrón" (el joven también tuvo poco valor, porque huye al instante)


¡Y todo en cinco días! Ser President lleva mucho trabajo.

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