Te voy a dar dos cifras: 846 millones y 76 millones. Si no te especifico más estas dos cifras pueden significar muchísimas. Pueden ser el saldo que desearía tener en mis cuentas corrientes (pero no llega por poco, ¡eh!), o los granos de arena que hay en dos playas cercanas, o la producción en kilos de los cereales de cierta región. Pero no, no van por ahí los tiros, estas cifras responden a las dos caras de una misma moneda, la realidad de un país que no sabe que problemas tiene realmente y que se mira el ombligo más de lo que debería mirar a la altura de sus ojos. Estoy hablando de la India y de su (exitoso) programa espacial.
Me aventuría a calificar de cínico que en un país donde 846 millones de personas sobreviven cada día con menos de 50 céntimos de euro al día, se gasten 76 millones de euros (al cambio) en lanzar un cohete al espacio. ¿Qué demuestran con eso? Pues me imagino que en la pobredumbre de sus seseras intentan etapar a sus vecinos (recuerda el eterno conflicto fronterizo con Pakistán) y creen que esta es la mejor manera. Es como si me comprara un coche de alta gama (digamos un Ferrari o un Rolls-Royce) para bacilar a mi vecino mientras mis hijos (si los hubiera o hubiese) no tienen que llevarse a la boca. Como mínimo me parece cínico, a la par que estúpido, innecesario, indigno y bastantes de decenas de epítetos más que van por esta misma línea. Provincianismo llevado a la extenuación.
Realmente me indigné al ver esta noticia por televisión. Por supuesto los vídeos que ofrecían (de la agencia de noticias oficial india, supongo) rebosaban imágenes de éxito, los ingenieros felices se abrazaban mientras el cohete dejaba una estela de fuego surcando el cielo. Pues ale, ya estáis más cerca de Krishna.
Me fijé en un detalle bastante cómico (habitualmente ignorancia y comicidad se dan trágicamente la mano). La cuenta atrás para el lanzamiento del cohete se hizo en inglés, pero en un inglés pasado por el tamiz hindú, vamos, como si el chaval que regenta la frutería bajo mi casa (por la tez le situo por aquellos lares) lo hiciera. Cabo Cañaveral quedó mancillado de por vida, la Nasa no pasa por Nueva Delhi.
Sólo espero que de verdad este alarde técnico sirva para mejorar la vida de esta pobre gente (nunca mejor dicho), y que no sea, como después se descubrió hacía la URSS, una cabalgata de cartón-piedra. Mi naturaleza suspicaz me impide pensar que así será. La indignidad sería doble.
Desde España no somos los más indicados para dar lecciones acerca de la carrera espacial, ya que nuestros propios ministros se pelean por figurar en la foto. Eso también es bastante triste, pero no tanto como derrochar el dinero mientras tus ciudadanos permanecen famélicos a la espera de un futuro mejor, supongo que cerca de las estrellas pero sin cohetes.
El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza.
Sir Francis Bacon (1561-1626) Filósofo y estadista británico.
El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza.
Sir Francis Bacon (1561-1626) Filósofo y estadista británico.
1 comentarios:
Ay! Cuanta razón tienes. La India sigue los pasos de China, que es experta en creer que el progreso viene por cumplir una serie de requisitos. Por ponerte un ejemplo: con Mao, decidieron utilizar todas las fuerzas del país para fabricar acero y así alcanzar el nivel de producción de las superpotencias occidentales, creyendo que así se situarian como primera potencia mundial. El resultado fue un desastre, porque de tanto gastar en acero (de muy mala calidad) se abandonaron los campos, produciendose una terrible hambruna. Ahora los países orientales quieren ser grandes, no siguen el modelo japonés, que sería perfecto, si no que quieren hacer de URSS.
Publicar un comentario