YO SOY DE OBAMA

Antes de que se celebre el "supermartes" quiero dejar aquí mi opinión, para que nadie diga que soy oportunista hablando a posteriori.

Yo soy de Obama. Así de claro.

Por supuesto soy de Barack Hussein Obama Jr. hasta el final, es decir, hasta que llegue a sentarse en el sillón presidencial de Estados Unidos. Obviamente no voy a apoyar al partido republicano (me refiero al norteamericano, claro), ya que siempre apoyaré a la izquierda, o como en este caso, a los que están menos a la derecha. Bastante daño han hecho los "elefantes" a la humanidad durante estos últimos ocho años.
No entiendo las primarias estadounidenses, supongo que serán como todas, que los militantes votarán al candidato de su partido que más digno les parezca para representar sus intereses, y digo que lo supongo porque todavía estoy esperando que algún medio de comunicación lo explique de manera sencillita (si alguien conoce el proceso que me lo explique en un comentario, por favor), ya que da la sensación que la sociedad en su conjunto, tenga la opción política que tenga, elige los candidatos de ambos partidos.

Hijo de un economista de origen keniata y una hawaina, este senador de 46 años representa la esperanza de todo un país, y fundamentalmente de los sectores más deprimidos de la sociedad, esos que vieron como su presidente estaba de vacaciones mientras a ellos les llegaba el agua al cuello en Nueva Orleans, aquellos que se han visto más afectados por la crisis de las hipotecas, que les impide siquiera tener ahora un techo digno y que en los últimos meses están formando suburbios de caravanas. Por no hablar de todos aquellos que sufren por la guerra que se provocó en Irak, Obama está frontalmente en contra y espero que mantenga ese criterio.

En un principio no quedaba más remedio que apoyar a Hillary Clinton, ya que era el clavo ardiendo al que agarrarse confiando que revertiría la situación provocada por la administración Bush y que trabajaría en todo aquello que éstos dejaron pasar. Pero de repente apareció Barack, y significó un soplo de aire nuevo dentro del partido demócrata, lejos de la línea continuista de su marido que representaba Hillary, Obama es por así decirlo, el Zapatero americano.

Bush es malo para el mundo (el junior, bueno, el senior también), es una de las verdades reveladas. Al menos en Europa se desea, es algo que se palpa, un cambio en la comandancia de Estados Unidos (no es que me ponga militarote, es que el presidente de EEUU, es también el Comandante en Jefe, toma jeroma), y lo mejor sería que ganara el candidato del partido demócrata. Los republicanos aunque cambien de cabeza de lista es el mismo perro con distinto collar, y posiblemente pocos cambios haya en temas tan preocupantes como el cambio climático, la guerra de Irak, el despilfarro presupuestario o el avance en los logros sociales.

Es curioso que la palabra que haya presidido las campañas, tanto de demócratas como de republicanos, sea cambio. Entiendo que los demócratas la utilicen pero, ¿los republicanos? ¿acaso no gobiernan ellos? ¿están en contra de su propio presidente? No lo comprendo, te lo prometo. El caso es que en los demócratas empezó Hillary a utilizar la palabra cambio profusamente y al final, poco a poco, Barack se ha ido haciendo con ella, tanto es así que Hillary está cambiando el paso de baile. En muchos foros ya se le ve ganador absoluto y por eso ha comenzado su desprestigio, como la acusación de que fue un musulmán extremista, quizá al rebufo de que su segundo nombre sea Hussein. Pero hasta la invasión de Kuwait, Saddam fue un aliado de Estados Unidos, y cuando nació Barack... ¡dónde estaría el finado dictador!

Por todo eso, soy de Obama. Y si fallo en el pronóstico sabréis porque no me hago rico con los juegos de azar.

No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.

Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

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