De la serie, artículos de opinión escritos por Santiago Vañó y que jamás serán publicados por la prensa afecta al PP, hoy, LAS RUINAS PERFECTAS.
LAS RUINAS PERFECTAS
Imagínese que pasea por la Gran Vía de Madrid y encuentra un edificio abandonado mientras se construye, un esqueleto de hormigón desnudo y frío. ¿Se lo imagina? No, ¿verdad? Ahora imagine la misma situación en la Quinta Avenida de Nueva York, o en los parisinos Campos Elíseos… imposible, ¿cierto? Pues en Benidorm pasa, vaya si pasa, en plena Avenida de Europa, la entrada de la ciudad para millones de visitantes.
Como las carcasas de un dinosaurio muerto, el Centro Cultural duerme un sueño provocado por la desidia y, peor todavía, el partidismo más infantil que se recuerda. Un lema impregna esta actitud: sólo los míos pueden inaugurar esta obra.
Porque esa es la realidad de la parálisis de la construcción del Centro Cultural de Benidorm, una rabieta a la que se añade un vacío total en las arcas públicas por el empeño del PP en gastar nuestros impuestos en asuntos que al común de los ciudadanos nos parecen alejados de las verdaderas necesidades de la población.
Dice el conseller de Hacienda Gerardo Camps, benidormí, de cuyo departamento dependen las obras, que la inauguración de esta necesaria infraestructura se hará en noviembre de 2.011. Es decir, quedarían ocho meses. Pero a día de hoy no parece que las obras comiencen pronto, vamos, que durarían menos de esos ocho meses, a los que también habría que restar los meses de julio y agosto, en los que las normativas municipales prohíben realizar obras para evitar molestias en plena temporada alta turística. Resumiendo, que para acabar necesitan entre cinco y seis meses. Teniendo en cuenta que las obras llevan cerca de un año y medio paradas… daba tiempo para haberlas acabado de sobra.
Pero todo esto se realiza, imagino, bajo el pensamiento de que un alcalde del PP será quien corte la cinta. Como no creo que eso ocurra, puesto que Agustín Navarro ganará las elecciones pese a quien pese, puede que la obra se eternice otros cuatros años, esperando unas nuevas elecciones. La imagen para Benidorm sería catastrófica. Un edificio convertido en ruinas antes de ser construido.
Porque esta obra se ha convertido, sin lugar a dudas, en las primeras ruinas del siglo XXI. Si Atenas tiene su Acrópolis, si Italia luce Pompeya, Benidorm tiene su Centro Cultural por acabar. Quizás esa podría ser la solución, hacer visitable esta ruina, como la Acrópolis o Pompeya lo son. Un guía podría ir explicando qué se ve en la visita: “Aquí, algún día, irá un auditorio para 1.440 personas. Allá, si acaban la obra, una sala con 564 butacas acogerá espectáculos. En aquel espacio, si se inaugura este centro, se instalará el Conservatorio de Danza y Música. Y si miran hacia aquel lado, al fondo, verán el principio de lo que algún día será un Museo”.
Me queda la esperanza que, a pesar de la desidia del Partido Popular, lo que ahora es una ruina perfecta se convierta en un centro de dinamización cultural, de aprendizaje, de diversificación de la oferta turística y, sobre todo, de creación de puestos de trabajo.
SANTIAGO VAÑÓ
Secretario de Educación y Cultura PSPV-PSOE Benidorm
0 comentarios:
Publicar un comentario