17:05
Santiago Vañó Candeal
El año 2.010 ha sido declarado por la Unesco como el Año Internacional de Acercamiento de las Culturas. Este órgano, dependiente de la ONU, quiere avanzar en la estrategia global establecida por Naciones Unidas para lograr una Alianza de Civilizaciones.
La propuesta nace de la intervención del presidente del Gobierno español, Jose Luís Rodriguez Zapatero, en la 59ª Sesión de la Asamblea General de la ONU, celebrada en Nueva York en septiembre de 2.004. Entonces mucha gente tildó a nuestro presidente, incluídos muchos y muchas compatriotas, de ingenuo o simplemente de necio por lo expresado por el dirigente socialista, pero la ONU se tomó la idea muy en serio, creó un grupo de trabajo y estableció 2.010 como un año referencial. La idea es muy sencilla: cambiar el enfrentamiento por entendimiento, abandonar la guerra por la paz, callar las armas para que hablen las palabras, en definitiva, cumplir el viejo sueño de que la humanidad conviva en armonía, arrinconando los fanatismos que tanto daño y dolor han provocado.
¡Qué idea tan sencilla!¡Qué dificil su puesta en marcha! O no tanto. Nosotros, los habitantes de la Comunitat Valenciana podemos dar una lección de cómo acoger con brazos abiertos a personas de todo el mundo. Llevamos siglos haciéndolo. Sabemos cómo se hace. Sólo hay un secreto: ser tolerante y derribar los prejuicios.
Así es como hoy en día conviven entre nosotros casi 890.000 extranjeros (según el INE a 1 de enero de 2.009) procedentes de los cinco continentes. Somos una región abierta y extrovertida, durante siglos hemos sido transmisores y receptores de inmigrantes. Esa experiencia se ha trasladado a una ciudadanía cosmopolita y ejemplo de integración.
Además contamos con un nuevo elemento que nos va a ayudar a mejorar, si cabe, esta manera de entender la convivencia pacífica: la Casa del Mediterráneo. Con sede en Alicante y co-sedes en Benidorm y Xàbia, esta institución es un punto de encuentro de diversas culturas, el crisol de un mestizaje cada vez más necesario.
Sepamos transmitir a todas las orillas del Mediterráneo, ese mar que tanto nos ha dado, nuestra manera de afrontar la vida en paz y sin conflictos. La Comunitat Valenciana hace tiempo que está un paso por delante. Seamos ejemplo para el resto del mundo, no hay mejor herencia para los que están que venir.
La propuesta nace de la intervención del presidente del Gobierno español, Jose Luís Rodriguez Zapatero, en la 59ª Sesión de la Asamblea General de la ONU, celebrada en Nueva York en septiembre de 2.004. Entonces mucha gente tildó a nuestro presidente, incluídos muchos y muchas compatriotas, de ingenuo o simplemente de necio por lo expresado por el dirigente socialista, pero la ONU se tomó la idea muy en serio, creó un grupo de trabajo y estableció 2.010 como un año referencial. La idea es muy sencilla: cambiar el enfrentamiento por entendimiento, abandonar la guerra por la paz, callar las armas para que hablen las palabras, en definitiva, cumplir el viejo sueño de que la humanidad conviva en armonía, arrinconando los fanatismos que tanto daño y dolor han provocado.
¡Qué idea tan sencilla!¡Qué dificil su puesta en marcha! O no tanto. Nosotros, los habitantes de la Comunitat Valenciana podemos dar una lección de cómo acoger con brazos abiertos a personas de todo el mundo. Llevamos siglos haciéndolo. Sabemos cómo se hace. Sólo hay un secreto: ser tolerante y derribar los prejuicios.
Así es como hoy en día conviven entre nosotros casi 890.000 extranjeros (según el INE a 1 de enero de 2.009) procedentes de los cinco continentes. Somos una región abierta y extrovertida, durante siglos hemos sido transmisores y receptores de inmigrantes. Esa experiencia se ha trasladado a una ciudadanía cosmopolita y ejemplo de integración.
Además contamos con un nuevo elemento que nos va a ayudar a mejorar, si cabe, esta manera de entender la convivencia pacífica: la Casa del Mediterráneo. Con sede en Alicante y co-sedes en Benidorm y Xàbia, esta institución es un punto de encuentro de diversas culturas, el crisol de un mestizaje cada vez más necesario.
Sepamos transmitir a todas las orillas del Mediterráneo, ese mar que tanto nos ha dado, nuestra manera de afrontar la vida en paz y sin conflictos. La Comunitat Valenciana hace tiempo que está un paso por delante. Seamos ejemplo para el resto del mundo, no hay mejor herencia para los que están que venir.
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