La trágica e inesperada pérdida del Conseller José Ramón García Antón precipitó la remodelación del Consell. En los mentideros políticos este cambio se olía desde hacía tiempo. Pero Francisco Camps ha demostrado su estrechez de miras y ha perdido una oportunidad de dar un paso adelante para conseguir el avance de nuestra comunidad.
Esta reciente remodelación del Consell ha dejado claro en quien piensa Francisco Camps. El Molt Honorable no piensa en los ciudadanos, ni en los trabajadores, ni en el futuro de la Comunitat Valenciana. Francisco Camps sólo ha pensado en lavar la cara de un ejecutivo desgastado y caduco. Ha efectuado un cambio de fichas que sólo enmascara sus miserias. Nadie sale, nadie entra.
Se ha perdido la oportunidad de devolver la dignidad a esta tierra salpicada por la corrupción. Vicente Rambla permanece escondido, pero permanece. No acaban de enterarse que el caso Gurtel todavía no está cerrado puesto que ahora ha pasado al Tribunal Supremo. También continúa en su sillón Serafín Castellanos que adjudicaba obras a la empresa de su mujer. Lo mismo sucede con Juan Cotino que ha boicoteado sistemáticamente la aplicación de las ayudas de la Ley de Dependencia.
Pero si escuece la vista con un nombre ese es el de Alejandro Font de Mora. El Conseller de Educación sale reforzado en su postura absolutista. Parece que su falta de diálogo agrada al President. Es increíble que un Conseller que cada día es cuestionado por la totalidad del sistema educativo valenciano no haya sido cesado todavía. Desde los alumnos de primaria hasta los rectores universitarios, pasando por el profesorado, asociaciones de padres o personal de los centros, se exige su inmediata dimisión. Pero hace oídos sordos al clamor ciudadano, a las manifestaciones y huelgas y a las sentencias judiciales.
Es muy peligroso creer que siempre se tiene la razón. Es muy dañino creer que se están haciendo bien las cosas cuando todo el mundo opina lo contrario. Su gestión es nefasta, dilapida el dinero de todos los ciudadanos en ideas rocambolescas como la de dar clases de chino mandarín, y tiene la cara dura de exigir más dinero al Gobierno Central. ¡Increíble! Mientras tanto muchos colegios siguen siendo barracones apilados.
Pero Font de Mora sigue erre que erre con su idea impartir Educación para la Ciudadanía y Derechos Humanos (nombre completo de la asignatura) en inglés y con dos profesores en las aulas hablando al mismo tiempo. A pesar de la última sentencia del Tribunal Supremo anula la orden de la Consellería. Y todo para entorpecer la labor del Ministerio. ¿No creen que haría mejor si dedicara sus esfuerzos a mejor la calidad de la educación pública valenciana? Evidentemente opino lo mismo que usted, pero creo que sería más coherente recoger e irse a casa. Pero eso de dimitir y dejar paso no se conoce en el PP, ni en Madrid, ni en Valencia ni en Benidorm.
Esta reciente remodelación del Consell ha dejado claro en quien piensa Francisco Camps. El Molt Honorable no piensa en los ciudadanos, ni en los trabajadores, ni en el futuro de la Comunitat Valenciana. Francisco Camps sólo ha pensado en lavar la cara de un ejecutivo desgastado y caduco. Ha efectuado un cambio de fichas que sólo enmascara sus miserias. Nadie sale, nadie entra.
Se ha perdido la oportunidad de devolver la dignidad a esta tierra salpicada por la corrupción. Vicente Rambla permanece escondido, pero permanece. No acaban de enterarse que el caso Gurtel todavía no está cerrado puesto que ahora ha pasado al Tribunal Supremo. También continúa en su sillón Serafín Castellanos que adjudicaba obras a la empresa de su mujer. Lo mismo sucede con Juan Cotino que ha boicoteado sistemáticamente la aplicación de las ayudas de la Ley de Dependencia.
Pero si escuece la vista con un nombre ese es el de Alejandro Font de Mora. El Conseller de Educación sale reforzado en su postura absolutista. Parece que su falta de diálogo agrada al President. Es increíble que un Conseller que cada día es cuestionado por la totalidad del sistema educativo valenciano no haya sido cesado todavía. Desde los alumnos de primaria hasta los rectores universitarios, pasando por el profesorado, asociaciones de padres o personal de los centros, se exige su inmediata dimisión. Pero hace oídos sordos al clamor ciudadano, a las manifestaciones y huelgas y a las sentencias judiciales.
Es muy peligroso creer que siempre se tiene la razón. Es muy dañino creer que se están haciendo bien las cosas cuando todo el mundo opina lo contrario. Su gestión es nefasta, dilapida el dinero de todos los ciudadanos en ideas rocambolescas como la de dar clases de chino mandarín, y tiene la cara dura de exigir más dinero al Gobierno Central. ¡Increíble! Mientras tanto muchos colegios siguen siendo barracones apilados.
Pero Font de Mora sigue erre que erre con su idea impartir Educación para la Ciudadanía y Derechos Humanos (nombre completo de la asignatura) en inglés y con dos profesores en las aulas hablando al mismo tiempo. A pesar de la última sentencia del Tribunal Supremo anula la orden de la Consellería. Y todo para entorpecer la labor del Ministerio. ¿No creen que haría mejor si dedicara sus esfuerzos a mejor la calidad de la educación pública valenciana? Evidentemente opino lo mismo que usted, pero creo que sería más coherente recoger e irse a casa. Pero eso de dimitir y dejar paso no se conoce en el PP, ni en Madrid, ni en Valencia ni en Benidorm.
1 comentarios:
xDDD
DILE A TU HIJO QUE NAZCA YA! TAN CHIQUITITO Y YA HACE LO QUE LE DA LA GANA! ¬¬
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