Fuente: http://www.torange-es.com/Objects/way-of-life/Roto-TV-3496.html
No. No, así no. La cobertura informativa (que no mediática) sobre los atentados del 13-N en París y los sucesos posteriores que se relacionan con los ataques, está dejando mucho que desear.
En primer lugar la propia noche en la que se producen los atentados. Sólo el Canal 24 horas de TVE y 13 TV (cadena propiedad de la Conferencia Episcopal) daban cumplida información acerca de lo que estaba sucediendo. Antena 3 interrumpió su programación unos minutos para ofrecer un resumen informativo. Se ha criticado la cobertura de TVE porque los tertulianos que estaban presentes en plató (y que se comieron un buen marrón) daban mucha opinión, en la mayoría de casos infundada, y daban pábulo a rumores que surgían por las redes sociales. Pero al menos estaban presentes. Porque podemos disentir y opinar que se debería de haber traslado a La 1 dada la importancia de los acontecimientos, y que como ente público su obligación es informar puntualmente, pero al menos estaban ahí, y si comparamos con el resto ganan por goleada.
Cosa distinta fue la radio. Su mínima infraestructura necesaria (con un móvil se puede realizar una conexión) le otorga una flexibilidad y una capacidad de reacción muy superior a cualquier otro medio tradicional.
Por último se encontraban las redes sociales. Tremendamente inmediatas pero con un gran peligro, su facilidad de uso es proporcional a la facilidad para colar contenido falso, inexacto o inadecuado; y que ese contenido se dé por bueno, sin comprobar ni contrastar, como así ocurrió.
Yo, por si interesa, recurrí a un combo de televisión (Canal 24 horas), radio y Twitter.
Esa noche salieron a relucir algunas de las miserias de los mass media. En primer lugar: los recortes y la falta de inversión en corresponsales y personal especializado conlleva que las televisiones no pudieran hacer frente a unos acontecimientos que, probablemente, supongan un punto de inflexión. Prefirieron, con la excepción de Antena 3, seguir con la programación (casi toda enlatada) y presentar al día siguiente, como hizo Mediaset, unas sonrojantes excusas.
Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article94723
Segundo: como ya he comentado de los tertulianos de La Noche en 24 horas, cualquier información vertida en redes sociales se daba por buena. Es tarea del periodismo, y así se ha manifestado en numerosas ocasiones, contrastar y separar la información de aquello que no lo es. Pero nada. La urgencia y la necesidad de ser el primer medio en publicar un dato nuevo lleva a que se olvide la razón crítica y se publique a toda mecha y, en el mejor de los casos, rectificar después (de disculparse ni hablamos). Son empresas, sí, pero no siempre el resultado económico es lo fundamental.
Tercero: No fue algo puntual. Los sucesos en Hannover volvieron a dejar al aire las vergüenzas del periodismo. Tras la suspensión del partido entre las selecciones de Alemania y Holanda, se especuló con las causas y convirtieron un paquete sospechoso en una ambulancia-bomba. Finalmente se confirmó que no habían explosivos en Hannover. Ni en el estadio, ni en la estación ni en una sala de conciertos, éstas desalojadas.
Entre medias varias meteduras de pata, algunas muy sonadas y que se han convertido en objeto de burla a través de memes que han inundado las redes sociales. Confundir el logo del ISIS con el de la Alianza Rebelde de Star Wars, o anunciar la muerte de dos compatriotas (siendo esto mucho más grave) solo significa que se trabaja con una tremenda improvisación.
Fuente: @yisucrist
Afortunadamente todavía quedan buenos profesionales del periodismo. En primer lugar en la radio. Los informativos especiales, a pesar de ir arrastrados por los acontecimientos, se agradecía cierta capacidad de análisis. También, por la propia naturaleza del medio, los medios escritos. Con calma todo se ve mejor. Enric González en El Mundo o Íñigo Sáenz de Ugarte en eldiario.es o su blog Guerra Eterna, son buenos ejemplos.
Si no me equivoco la palabra más repetida en este post es "informar" y/o "información". Creo que es la clave. Bastante psicosis se está generando (las falsas alarmas son constantes) como para que los medios en vez de trasladarnos veramente lo que ocurre nos intoxiquen (algunos emplean el término "infoxicación") y aumenten el caos.
Durante algunos momentos parecía que había quien deseaba que en Hannover estallara una bomba. Y así no.